En Dolor Coruña se realiza un tratamiento del dolor de forma multidisciplinar con el fin de mejorar la calidad de vida de las personas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda desarrollar estrategias de atención integral del dolor.
El dolor es uno de los trastornos que más afecta y preocupa a la población; se considera el quinto signo vital y es el síntoma acompañante que motiva, con mayor frecuencia, una consulta médica.
Es un problema sanitario y social de primera magnitud. El abordaje del dolor en el paciente pediátrico, tolerancia cero al dolor infantil, la atención del paciente con dolor crónico, el dolor en los enfermos de cáncer… son líneas abiertas de trabajo e investigación que sitúan a la comunidad gallega en un lugar aventajado en la estrategia de atención integral al dolor que recomienda la OMS.
Más de 700.000 pacientes relatan dolor severo. Tres de cada cuatro (75%) de estos pacientes sufren ansiedad o depresión de diferentes grados motivada por el descontrol del dolor.
La Unidad de Intervencionismo Percutáneo & Dolor Crónico (udip&dc) es el resultado de un proyecto de atención al dolor crónico que han llevado a cabo especialistas en Anestesiología, Reanimación y Tratamiento del Dolor. Esta Unidad viene a cubrir un vacío asistencial sanitario, en cuanto a atención del paciente con este síntoma.
El equipo médico está formado por los doctores Alberto Camba y Enrique Freire. Su proyecto, que cuenta con el aval de más de 38 años de experiencia, llega para asistir a un paciente afectado por cualquier tipo de dolor crónico, que no se encuentra aliviado de sus padecimientos y que quiere mejorar su calidad de vida entre otras opciones.
Especialistas médicos, traumatólogos, neurocirujanos, neurólogos, reumatólogos, médicos rehabilitadores, fisioterapeutas, psiquiatras, etc; forman parte del resto del equipo de profesionales implicados directa o indirectamente en esta Unidad de Tratamiento del Dolor crónico, para dar cobertura a las necesidades analgésicas de nuestros pacientes.
Nuestro objetivo es, sobre todo, mejorar la calidad de vida y expectativas de los pacientes con patologías con dolor crónico en sus diferentes vertientes. Estos pacientes en muchas ocasiones, desesperados ya no saben a dónde acudir con sus dolencias e incluso caen en profundas depresiones con las consecuentes pérdidas de calidad de vida, trastornos del sueño, etc.